HAY OTRA PANDEMIA EN LAS SOMBRAS Y TIENE NOMBRE DE MUJER...
4000 millones de personas se refugian en casa ante el contagio mundial del COVID-19.
Se trata de una medida de protección, pero conlleva otro peligro mortal.
Vemos cómo aumenta otra pandemia en la sombra: la violencia contra las mujeres.
El confinamiento aviva la tensión y el estrés generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Asimismo, refuerza el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas.
Las mujeres y las niñas se ven impedidas para acceder a teléfonos y líneas de atención y los servicios públicos como la policía, la justicia y los servicios sociales, se ven desbordados por la atención, importantísima, por supuesto, al flagelo del Covid-19
Según Naciones Unidas, en un informe del mes de abril/2020, en los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental.
Y, con el avance de la aislación obligatoria, es probable que esta cifra crezca con múltiples efectos en el bienestar de las mujeres, su salud sexual/reproductiva y su salud mental.
Naciones Unidas propone que se potencien las líneas de atención:
- El apoyo psicosocial y el asesoramiento en línea, empleando soluciones tecnológicas como, por ejemplo, los SMS, herramientas y redes digitales para ampliar el apoyo social y llegar a las mujeres que no tienen acceso a teléfonos o Internet.
- Los servicios policiales y judiciales se deben movilizar a fin de garantizar que se otorgue la mayor prioridad a los incidentes de violencia contra las mujeres y las niñas, evitando que los agresores queden impunes.
- Desde lo privado se puede compartir información, alertar al personal de hechos y peligros relacionados con la violencia doméstica.
Esta oscura pandemia, éste fantasma entre las sombras, es un reflejo de nuestros valores, nuestra resiliencia y nuestra humanidad. Debemos renacer de esta crisis con mujeres fuertes, que ocupen el centro mismo de la recuperación.
No olvidemos la fuerza interior de las hembras. No nos demos por vencidas.
La fuerza femenina y la paciencia desde siglos
Aunque a algunos hombres les haga un poco de cosquillas, la realidad es que éste animal que ha inspirado miedo y respeto a lo largo de la historia, es dueño del poder y de la energía femenina.
Nadie ignora que es la hembra la que caza y mata, alimenta al grupo y cuida a los pequeños, es el símbolo de la fuerza, el poder y el coraje, así como lo supremo y lo dominante.
Poseedora de los secretos del silencio...de la paciencia.
La paciencia de prestar atención a los detalles, de enseñarnos, en sus actos, a observarnos pausadamente para entender nuestras fortalezas y debilidades, y esperar el momento propicio para actuar y aprovechar plenamente una situación.
Nobleza obliga, El macho ruge para ahuyentar a las presas hacia la leona que espera pacientemente el momento oportuno de atacar. Aunque el macho es el protector del grupo, no busca confrontaciones ni ataca sin necesidad. Actúa sólo cuando es retado y peleará a muerte para proteger, pero en realidad prefiere la vida calmada y pacífica.
Estamos aquí ante una interacción de grupo con una imágen que se encuentra asociada a los mejores rasgos de la humanidad : Autoridad , liderazgo, potencia, fuerza y victoria.
La leona ha cautivado a todos aquellos que han podido observarla, dejando en cada uno de nosotros una impresión que ha perdurado por siglos.
Volvamos de ésta detención inesperada del planeta convencidas de nuestra naturaleza de guerreras.
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